La escapada de Brian Epstein y John Lennon a Barcelona

Brian, desde siempre se sintió atraído por Lennon, siempre fue su favorito. Fue gracias a Lennon por lo que se interesó Epstein por esos cuatro rockers vestidos de arriba debajo de cuero negro. Desde que Epstein se hizo cargo del grupo, John evitaba sus insinuaciones, hasta el punto de ser cruel con él. Pero aquel año, en el 67, después de grabar el Revolver, (uno de mis discos favoritos), John se dejó querer, aceptando la idea de hacerse una escapada ellos dos solos a Barcelona. Cuando digo se dejó querer, (me atengo a la forma en la que comentan en varios artículos referentes a aquella escapada). Según cuentan, John dejó que Brian le hiciera una mamada. Pero claro, esta ya pertenece a ese hilarante mundo de la rumorología.
Pero dejando de lado el tema sexual, de si pasó algo aquel fin de semana en Barcelona, si que hay una graciosa anécdota que cuentan los vecinos de las calles colindantes a la Catedral de Barcelona. Según cuentan algunos testigos de excepción, vieron como la noche del sábado de aquel fin de semana en Barcelona, Brian y John y unos cuantos más que seguramente se agregaron a la pequeña juerga que se montaron los ingleses, simularon una corrida de toros delante mismo de la catedral. Brian adoraba todo lo relacionado con el mundo del toreo. Tal era su fascinación por ello, que estuvieron apunto de rodar una película los Beatles y el Córdobes, el máximo exponente del toreo por aquellos años. Brian tenía un retrato de el Cordobés en su cuarto de baño, y mejor no pensar el porqué de aquel retrato justamente en su cuarto de baño.
El caso es que John sacó de no sé donde una montera y usó su chaqueta a modo de capote. Uno de los que les acompañaban se ofreció a representar el toro, llevándose las manos a la frente y enseñando sus dedo índices para arriba. Brian no cabía en su gozo, John haciendo de torero, mostrando todo su talante y gallardía, los demás mientras, aplaudían con euforia gritando oles al aire. La espontánea corrida acabó al llegar los grises alertados por los vecinos. Epstein y uno de sus amigos, intentaron apaciguar lo ánimos con los grises, mientras, Lennon seguía en su papel de torero, citando con su capote a la autoridad.
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Rubbersoul -